Xóchitl
Yazmín Mendoza Esquinca
¿Cuál
es el papel del maestro ante este nuevo contexto del trabajo en la escuela
multigrado?
Cuando se adquiere el compromiso de
convertirse en docente de la escuela primaria, se conlleva una gran
responsabilidad que debe ser demostrada en todo momento, tanto fuera como dentro de ese espacio no sólo físico, sino también
social al que denominamos escuela, y
además se debe estar capacitado para fungir la labor en diferentes contextos
históricos y sociales. Tal es el caso del trabajo en las escuelas de carácter multigrado,
pues es muy probable que tarde o temprano nos encontremos en esta situación, ya
que el 49% de las escuelas del país corresponden a esta modalidad.
La escuela multigrado implica que el
docente debe ser sumamente competente para poder brindar aprendizajes
significativos a los niños de este contexto, y a mí criterio, implica un doble
esfuerzo, puesto que no tratamos únicamente con un grupo y es necesario ser lo
suficientemente capaces para manejar los recursos didácticos y el entorno de
manera correcta.
Se debe partir de las necesidades de
los alumnos, y en las escuelas multigrado o unitarias, estas necesidades
corresponden a una serie de carencias, ya sea materiales, económicas o
afectivas.
Desde esta instancia y a partir de
este momento, hay que considerar que a lo largo del camino nos encontraremos
con toda una serie de obstáculos y carencias como la fuerte irregularidad de
los servicios públicos y las costumbres de la comunidad, que nos exigirán estar
lo suficientemente preparados para enfrentarnos a otro estilo de vida que el
acostumbrado.
En primer lugar, el aula multigrado
invita a la colaboración y a ser cooperativos, por lo que este ha de ser uno de
los preceptos fundamentales que en la enseñanza han de tenerse en cuenta para
todo.
Sabemos además que nuestra práctica
educativa debe ir encaminada a una mejora constante de la calidad y es por eso
que tenemos que capacitarnos para emplear correctamente nuestro tiempo de
enseñanza, pues debido a múltiples imprevistos es probable que se encuentre
reducido y es allí cuando del maestro dependerá el brindar a sus alumnos tiempo
no de cantidad, sino de calidad, ya que eso es lo que se ha buscado siempre, el
problema de hoy en día es la temporalidad.
Por otro lado, se deben evitar las
prácticas centradas en la repetición y mecanización de la antigua escuela, porque
es cuando se requiere que el maestro sea dinámico, creativo, que sea brillante
para desarrollar una clase y hacer que esta resulte tal y como lo expresaba
Philippe Meirieu, como un lugar en el que el niño se sienta a gusto, haciendo
que escape de la presión del entorno.
Pues evidentemente, las clases son
actualmente un lugar en el que hay más tensión y menos atención.
El maestro no puede aprender en lugar
del alumno, pero puede crear situaciones para que emerja de él ese deseo por
descubrir el conocimiento, por lo que las situaciones que se creen deben ser
diversificadas, variadas, estimulantes, activas, que pongan al alumno en
posición de actuar y no de recibir.
Otro aspecto fundamental para el
trabajo en la escuela multigrado es la realización de las actividades
permanentes pero sobre todo de los rincones de trabajo porque estos son los
espacios que más necesitan los niños para enriquecer su conocimiento,
manipulando, jugando, leyendo, cantando, construyendo, en pocas palabras, creando.
Los niños y niñas del medio rural
desarrollan su capacidad de aprender y razonar en la vida diaria, debido a su
partición temprana en actividades agrícolas y domésticas. Cuando intentan
resolver un problema en la escuela muchas veces intentan hacerlo a su manera,
por lo que el maestro debe impulsarlos en todo momento a expresarse, a no
quedarse callados, porque los niños razonan muy bien y aprenden siempre y
cuando lo que se les enseñe esté relacionado a su realidad, que no sea una enseñanza descontextuada, sino
situada. Por eso se dice que los
recursos más importantes con los que cuenta el maestro son las preguntas, los
conocimientos y las vivencias de los niños.
Para enseñar bien, todo maestro
necesita primero lograr que los alumnos participen en clase, por lo que se
requiere además de estrategias para la organización del grupo, para abordar los
contenidos, elaborar el material y controlar la disciplina, tener una amplia
gama de estrategias para fomentar que todos los niños pierdan el temor a
involucrarse en el trabajo.
Hay que aclarar que otro de los fines
tan deseados por la enseñanza no sólo en este contexto, sino por la educación
en general, es ayudar a que los niños sean capaces de expresarse con sus
propias palabras, ya que de lo contrario, no aprenderán.
El maestro de la escuela multigrado debe ser comprensivo
e inspirar confianza en sus alumnos, motivarlos con relatos, cuentos, juegos,
dinámicas y todo lo que se tenga al alcance para crear un ambiente de armonía y
conocimiento.
Un elemento importante para garantizar
el éxito de la clase en la escuela multigrado es desde luego la claridad y
precisión de las instrucciones que se dan a los alumnos, lo cual va de la mano
con el uso adecuado de los guiones y fichas didácticas para el trabajo escolar.
En todo momento, el maestro de la
escuela multigrado debe buscar el crear un sentido de autonomía en sus alumnos,
pues esta modalidad de trabajo no depende de la enseñanza directa por parte del
maestro, por lo que se debe fomentar la responsabilidad en los niños y
ayudarlos a que ellos mismos sean capaces de desempeñarse en comisiones, delegar responsabilidades y
emprender diversas acciones encaminadas al aprendizaje y la mejora.
Respecto al manejo y abordaje de los
contenidos académicos, resulta abrumador en una escuela multigrado manejar la
totalidad de los textos siguiendo las normas utilizadas en las escuelas
pluridocentes, por lo que se utilizan guiones y fichas didácticas que permiten
abatir la improvisación y la falta de interacción entre los alumnos de los
diversos ciclos o grados escolares.
El maestro de la escuela multigrado
debe ser además un gestor, ya que en determinados casos desempeñará cargos
directivos y por ello ha de poseer como característica principal el ser un
líder efectivo, involucrado y comprometido.
Y desde luego, este maestro, como todo
docente, debe siempre considerar en el desempeño de cada una de sus acciones a
los elementos principales de la educación, que son los alumnos, el papel de la
comunidad, la organización del aula, la planificación del trabajo, el
conocimiento del programa de estudios, la utilización del material didáctico,
la evaluación formativa, la actualización, el horario y el poseer una buena
técnica de trabajo, la cual se irá creando a lo largo de la experiencia.
El papel del maestro entonces demanda
carácter, competencia y compromiso para poder desempeñarse plenamente en el
aula multigrado.
Es por todo lo anterior que trabajar
en una escuela de carácter multigrado, y por qué no, unitaria, es algo
sumamente enriquecedor, una experiencia que sin duda alguna brinda nuevos conocimientos
y deja las más dulces satisfacciones, pues en los resultados se reflejan los
frutos de todo el esfuerzo y ahínco brindado por el maestro hacia la formación
de sus alumnos.
Sin embargo, es posible que cuando
lleguemos una vez más a una escuela con estas características, nos imaginemos
inmediatamente la compleja labor que nos espera, y es probable que así sea, por
ello es importante prepararnos lo mejor posible para el futuro, dotándonos de
las herramientas necesarias, tomando cursos de actualización y de multigrado,
leyendo, investigando pero sobre todo, hay que poner siempre en práctica
nuestra competencia docente para el trabajo en la escuela.
BIBLIOGRAFÍA:
Fierro,
Cecilia, (1991), Ser maestro rural. ¿Una
labor imposible?, México:SEP, Libros del Rincón.
Mercado,
Ruth (2000), El trabajo docente en el
medio rural, México: D.F :SEP, Biblioteca del normalista.
Philippe Meirieu, (Noviembre, 2007).
“Es responsabilidad del educador provocar el deseo de aprender” en una entrevista realizada por Casalt,
Judith.