miércoles, 4 de julio de 2012

LA IMPORTANCIA DEL MAESTRO EN LA ESCUELA MULTIGRADO


                                           Xóchitl Yazmín Mendoza Esquinca


¿Cuál es el papel del maestro ante este nuevo contexto del trabajo en la escuela multigrado?

Cuando se adquiere el compromiso de convertirse en docente de la escuela primaria, se conlleva una gran responsabilidad que debe ser demostrada en todo momento, tanto fuera como dentro  de ese espacio no sólo físico, sino también social al que denominamos  escuela, y además se debe estar capacitado para fungir la labor en diferentes contextos históricos y sociales. Tal es el caso del trabajo en las escuelas de carácter multigrado, pues es muy probable que tarde o temprano nos encontremos en esta situación, ya que el 49% de las escuelas del país corresponden a esta modalidad.

La escuela multigrado implica que el docente debe ser sumamente competente para poder brindar aprendizajes significativos a los niños de este contexto, y a mí criterio, implica un doble esfuerzo, puesto que no tratamos únicamente con un grupo y es necesario ser lo suficientemente capaces para manejar los recursos didácticos y el entorno de manera correcta.

Se debe partir de las necesidades de los alumnos, y en las escuelas multigrado o unitarias, estas necesidades corresponden a una serie de carencias, ya sea materiales, económicas o afectivas.

Desde esta instancia y a partir de este momento, hay que considerar que a lo largo del camino nos encontraremos con toda una serie de obstáculos y carencias como la fuerte irregularidad de los servicios públicos y las costumbres de la comunidad, que nos exigirán estar lo suficientemente preparados para enfrentarnos a otro estilo de vida que el acostumbrado.

En primer lugar, el aula multigrado invita a la colaboración y a ser cooperativos, por lo que este ha de ser uno de los preceptos fundamentales que en la enseñanza han de tenerse en cuenta para todo.

Sabemos además que nuestra práctica educativa debe ir encaminada a una mejora constante de la calidad y es por eso que tenemos que capacitarnos para emplear correctamente nuestro tiempo de enseñanza, pues debido a múltiples imprevistos es probable que se encuentre reducido y es allí cuando del maestro dependerá el brindar a sus alumnos tiempo no de cantidad, sino de calidad, ya que eso es lo que se ha buscado siempre, el problema de hoy en día es la temporalidad.

Por otro lado, se deben evitar las prácticas centradas en la repetición y mecanización de la antigua escuela, porque es cuando se requiere que el maestro sea dinámico, creativo, que sea brillante para desarrollar una clase y hacer que esta resulte tal y como lo expresaba Philippe Meirieu, como un lugar en el que el niño se sienta a gusto, haciendo que escape de la presión del entorno.
Pues evidentemente, las clases son actualmente un lugar en el que hay más tensión y menos atención.

El maestro no puede aprender en lugar del alumno, pero puede crear situaciones para que emerja de él ese deseo por descubrir el conocimiento, por lo que las situaciones que se creen deben ser diversificadas, variadas, estimulantes, activas, que pongan al alumno en posición de actuar y no de recibir.

Otro aspecto fundamental para el trabajo en la escuela multigrado es la realización de las actividades permanentes pero sobre todo de los rincones de trabajo porque estos son los espacios que más necesitan los niños para enriquecer su conocimiento, manipulando, jugando, leyendo, cantando, construyendo, en pocas palabras, creando.

Los niños y niñas del medio rural desarrollan su capacidad de aprender y razonar en la vida diaria, debido a su partición temprana en actividades agrícolas y domésticas. Cuando intentan resolver un problema en la escuela muchas veces intentan hacerlo a su manera, por lo que el maestro debe impulsarlos en todo momento a expresarse, a no quedarse callados, porque los niños razonan muy bien y aprenden siempre y cuando lo que se les enseñe esté relacionado a su realidad,  que no sea una enseñanza descontextuada, sino situada.  Por eso se dice que los recursos más importantes con los que cuenta el maestro son las preguntas, los conocimientos y las vivencias de los niños.

Para enseñar bien, todo maestro necesita primero lograr que los alumnos participen en clase, por lo que se requiere además de estrategias para la organización del grupo, para abordar los contenidos, elaborar el material y controlar la disciplina, tener una amplia gama de estrategias para fomentar que todos los niños pierdan el temor a involucrarse en el trabajo.

Hay que aclarar que otro de los fines tan deseados por la enseñanza no sólo en este contexto, sino por la educación en general, es ayudar a que los niños sean capaces de expresarse con sus propias palabras, ya que de lo contrario, no aprenderán.

El maestro  de la escuela multigrado debe ser comprensivo e inspirar confianza en sus alumnos, motivarlos con relatos, cuentos, juegos, dinámicas y todo lo que se tenga al alcance para crear un ambiente de armonía y conocimiento.

Un elemento importante para garantizar el éxito de la clase en la escuela multigrado es desde luego la claridad y precisión de las instrucciones que se dan a los alumnos, lo cual va de la mano con el uso adecuado de los guiones y fichas didácticas para el trabajo escolar.

En todo momento, el maestro de la escuela multigrado debe buscar el crear un sentido de autonomía en sus alumnos, pues esta modalidad de trabajo no depende de la enseñanza directa por parte del maestro, por lo que se debe fomentar la responsabilidad en los niños y ayudarlos a que ellos mismos sean capaces de desempeñarse  en comisiones, delegar responsabilidades y emprender diversas acciones encaminadas al aprendizaje y la mejora.

Respecto al manejo y abordaje de los contenidos académicos, resulta abrumador en una escuela multigrado manejar la totalidad de los textos siguiendo las normas utilizadas en las escuelas pluridocentes, por lo que se utilizan guiones y fichas didácticas que permiten abatir la improvisación y la falta de interacción entre los alumnos de los diversos ciclos o grados escolares.

El maestro de la escuela multigrado debe ser además un gestor, ya que en determinados casos desempeñará cargos directivos y por ello ha de poseer como característica principal el ser un líder efectivo, involucrado y comprometido.

Y desde luego, este maestro, como todo docente, debe siempre considerar en el desempeño de cada una de sus acciones a los elementos principales de la educación, que son los alumnos, el papel de la comunidad, la organización del aula, la planificación del trabajo, el conocimiento del programa de estudios, la utilización del material didáctico, la evaluación formativa, la actualización, el horario y el poseer una buena técnica de trabajo, la cual se irá creando a lo largo de la experiencia.

El papel del maestro entonces demanda carácter, competencia y compromiso para poder desempeñarse plenamente en el aula multigrado.

Es por todo lo anterior que trabajar en una escuela de carácter multigrado, y por qué no, unitaria, es algo sumamente enriquecedor, una experiencia que sin duda alguna brinda nuevos conocimientos y deja las más dulces satisfacciones, pues en los resultados se reflejan los frutos de todo el esfuerzo y ahínco brindado por el maestro hacia la formación de sus alumnos.

Sin embargo, es posible que cuando lleguemos una vez más a una escuela con estas características, nos imaginemos inmediatamente la compleja labor que nos espera, y es probable que así sea, por ello es importante prepararnos lo mejor posible para el futuro, dotándonos de las herramientas necesarias, tomando cursos de actualización y de multigrado, leyendo, investigando pero sobre todo, hay que poner siempre en práctica nuestra competencia docente para el trabajo en la escuela.


BIBLIOGRAFÍA:
Fierro, Cecilia, (1991), Ser maestro rural. ¿Una labor imposible?, México:SEP, Libros del Rincón.
Mercado, Ruth (2000), El trabajo docente en el medio rural, México: D.F :SEP, Biblioteca del normalista.
Philippe Meirieu, (Noviembre, 2007). “Es responsabilidad del educador provocar el deseo de aprender” en una entrevista realizada por Casalt, Judith.